Si no fuera por amor

Alguien sube una persiana a traición, violentamente; amanece sutilmente, da las cinco una campana. Ayer dije hasta mañana y ya es hoy tan de repente, se levanta el contingente, vaya noche toledana. Se despiertan los colores, la ciudad se despereza y allá van a la cabeza los primeros proveedores. Ya se prenden los motores y se apagan las farolas, se preparan largas colas de presuntos conductores. Por un tubo que derroche, el de escape de energía, con que gesto y alegría cada cual lleva su coche, el coupé para la noche y el cherokee por el día, hay que ver que analogía, a vivir a troche y moche. Es urgente un ejercicio de control y rebeldía, condenar el desperdicio, esa injusta economía, que mantiene complaciente al poder en su poltrona, a la banca impunemente y en palacio a la corona. Es de nota la firmeza con que actúa la justicia, a la usura y la avaricia se la absuelve con destreza. Y es que puede el mas letrado a los ojos de la gente, condenar al inocente y salvar al que es malvado. Menos mal que el vaticano, que predica en la pobreza, nos dispensa fortaleza y nos bendice con que mano; nos perdona los pecados de cualquier naturaleza y así limpios y amparados; venga, al cielo de cabeza. Que bonito es por favor, esa mágica utopía, esa dulce melodía que se incuba con calor. No se yo que es lo que haría si no fuera por amor, no se yo si cantaría, te lo dice un cantautor.