Quijótesis

Al cabo de los años que he vivido no tengo la certeza del erizo, que sabe que detrás de la corteza quizás reposa el grillo en el olivo. Me pesa la cadera y el olvido, la frágil sutileza del otoño, el pétalo, la rosa y el martillo, la duda de querer y no haber sido. Adoro el universo conocido, la luna en su geométrico esplendor, el sol que nos dispensa su latido, allá donde haga frío o hace calor. Que hipótesis la suerte y el destino de un mundo tan injusto y tan atroz. Que necio es entregarse a la rutina sabiendo que hay que hacer oposición. Amargo es el sabor de la derrota y dulce del triunfo es el licor; el resto como el agua no se nota, no esta en ninguna escala de valor. Vivimos condenados por la historia, de espaldas a la luz y a la razón, girando día y noche en esta noria, sin una convincente explicación. Hermosos son los días de la vida, aquellos que vivimos con pasión, que importa si es utópico o en vano; los sueños son también una ilusión. Que hipótesis la suerte y el destino de un mundo tan injusto y tan atroz. Que necio es entregarse a la rutina sabiendo que hay que hacer oposición.