El Retiro

Adoro el bosque donde habita el Curubí. Puntiagudo y desesperado su canto es tan intenso, que al alba de espesa niebla, orienta a los Taumitas navegantes a arribar al puerto de Asidrón en busca de la preciada corteza del Jirigote, gruesa como el Taucarin; el árbol sagrado de los Choclotes, donde anida el Arvencejo de imponente porte y ojos grises e inflamados que en las noches de luna buena, acecha al incauto Torontillo. Todo el bosque se ilumina de misterio y los seres que lo habitan redoblan la guardia. El silencio impone su ritual sagrado, solo los mas osados reclaman al viento su desazón .