Montevideo

Montevideo. Paseando por la costanera de esta ciudad fronteriza, hacia la Playa de los Pocitos, frente al imponente Mar del Plata; no puedo por menos que recordar al bueno de Quintin Cabrera, Uruguayo de pro y exiliado trovador en una España de rancio tránsito, cuando cantaba aquéllo de “las ciudades son libros que se leen con los piés”; afortunadamente no son pocas aquéllas ciudades que sobreviven al expolio meditado de la razón, la cultura, la buena educación, el arte y el buen gusto. Es cuando menos preocupante, salir al encuentro de la vida, de los días y las cosas, con la conciencia de sentir y padecer que lo que a uno ya no le emociona, ya no le interesa. Afortunadamente la memoria esboza recuerdos vividos o imaginados sobre el lienzo imperturbable que nos deja el tiempo. Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Antonio Larreta, Eduardo Galeano, Cristina Peri Rossi…. sus entrañables relatos, sabias palabras, poemas y pausadas reflexiones, salen al encuentro del viajante, por las esquinas de esta Atenas del Plata; a este otro lado del mundo, donde las estrellas, alumbran como candilejas de otro tiempo, entre medio y medio; noches de murga, candombe y tango.