Haití

Bajo la luz de una vela, el mundo es aún mas pequeño, el silencio se hace fuerte en el tiempo y descarga su plomiza ingravidez. Decido sin oposición poner fin a esta letanía invernal, intentaré dormir. Me acuesto con la esperanza de penetrar en un sueño profundo y reparador, pero de inmediato, todas las campanas de un mundo posible, repican en el interior del córtex. Lo de Haití es estremecedor. Como es mas fácil lavar la conciencia que reparar la historia, los gobiernos reaccionan solo en el peor de los casos posibles, cuando la naturaleza ingobernable y mas despiadada, muestra sus fauces como casi siempre a los mas pobres del planeta. Entonces, el mundo se hace mas solidario, si no es así, que cada cual aguante su vela en este universo perverso en el que los mas ricos imponen a mordiscos, como en la selva, la ley del mas fuerte. Benditos aquéllos que de forma permanente y sin esperar nada a cambio, dedican su vida a fortalecer la esperanza de los mas pobres por un mundo mas justo.